Una vez que el perro alcance su edad adulta, lo cual depende de la raza y el tamaño, las visitas suelen ser mínimo una vez al año si el perro no presenta ningún problema de salud. En estos controles periódicos suelen controlarse ojos, oídos, boca, piel, uñas, pelo, pulmones, sistema cardiovascular, presión arterial, peso, orina y heces entre otros.
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